Una parra, usando su capa de hojas miraba de soslayo a sus subordinados, las claras y oscuras uvas- una visión de esplendor sin par. Nizami

miércoles, 22 de junio de 2011

Oh rosa que escapaste del jardín para fundirte con el azúcar
¿Cómo pudiste dejar la rosaleda?

Es un árbol extraño, en ocasiones da manzanas, en otras,
calabazas; a veces veneno, a veces azúcar, ahora penas, después fortaleza.


Reconocían y conocían, como si distinguieran una rosa de un tallo
de apio, cada cabello, cada partícula de la composición del ser.


En cuanto hierve la cacerola, los chícharos comienzas a subir
a la superficie en cientos de manifestaciones de éxtasis.


Intentaste hacer pasar una naranja por manzana, pero ¿cómo puede
una naranja ser ciruela?


¿No es ridículo cocinar nabos en una cacerola de oro?


Te has cocinado y quemado con fervor por tanto tiempo pero,
Oh alma marchita, como la pasta, todavía estás medio cruda.


Los respetables recibirán respeto, los que traigan azúcar comerán
halvá de almendras.



Mevlana Jalaluddín Rumi

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